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LLEGÓ LA REVOLUCIÓN DEL PROGRESO: LA REVOLUCIÓN CIUDADANA.

 

A pocas horas de la elección presidencial en Venezuela (07 de octubre de 2012) podemos establecer como altamente probable el triunfo de la Revolución Ciudadana sobre la Revolución totalitaria. Ha sido una campaña electoral caracterizada por la lucha de las ideas del progresismo contra la fuerza del Estado encabezada por el líder único de la revolución totalitaria Hugo Chávez.

Basado en una inmensa riqueza petrolera la cual genera miles de millones de dólares y en una intensa relación emocional y afectiva con las masas, Hugo Chávez trato de imponer su hegemonía ideológica a toda la sociedad y pretendió instaurar un modelo comunista totalitario a través del llamado Estado Comunal. Basaba su discurso y acción en las frustraciones que el pueblo venezolano sentía producto del modelo de democracia liberal que gobernó a Venezuela dese 1958 a 1998, periodo en el cual las aspiraciones sociales de los venezolanos fueron frustradas por una dirigencia política que terminó siendo una mafia corrupta y entregada a los grandes dueños del capital y a los poderosos medios de comunicación social. Los venezolanos ante esa situación objetiva, material, real, se vieron atraídos por el militar golpista que predicaba un discurso mesiánico y así logro convertirse en el interprete de aquel estado de rabia y frustración que expresaban las masas venezolanas. Nace así, la revolución totalitaria. Hugo Chávez prometió una revolución Bolivariana y el pueblo aprobó una constitución para tal propósito, pero al transcurrir el tiempo y fortalecerse en el poder, cambió el rumbo Bolivariano para transformar el modelo político venezolano hacia un modelo basado en el sistema  Cubano.(NOTA: para entender mejor el proceso político venezolano de la última década, se debe leer un artículo el cual escribí el 04 de julio de 2011 en el blog: elkabudari.overblog.es, titulado:” Venezuela en tres revoluciones”).

Las masas venezolanas, se encontraban en un momento dado en el dilema de no querer un sistema al modelo cubano, pero tampoco deseaban volver al pasado que derrochó la riqueza petrolera y dejo al país después de 40 años en el poder, en la más terrible miseria y pobreza.

Ante este panorama, se va construyendo poco a poco un proceso de alianzas entre los diferentes factores políticos adversos a Hugo Chávez. Es así como nace la llamada Mesa de la Unidad Democrática. Este espacio político se caracteriza por ser política e ideológicamente heterogéneo, allí se integran desde organizaciones marxistas pasando por socialdemócratas y socialcristianos hasta sectores derechistas.

Se inicia de esta manera una lucha soterrada entre dos visiones de modelar el país: por un lado se agruparon los factores que de alguna manera fueron el sostén político de los 40 años anteriores al chavismo, los llamados restauradores, aquellos que deseaban volver al pasado adeco-copeyano y continuar con un sistema democrático de de democracia liberal. Y por otro lado, se fue construyendo (aún en construcción) un movimiento progresista que plantea un modelo distinto al totalitario y sin compromisos con el pasado, un modelo basado en las revoluciones progresistas y ciudadanas, definida de esta manera, por nosotros, en julio del año pasado:

“Se entiende por revolución ciudadana al proceso político, social e histórico por medio del cual el sujeto histórico de comienzos del siglo XXI reclama su participación política en el diseño y formulación del modelo de sociedad y en la elaboración participativa y protagónica de las políticas públicas. El ciudadano de comienzo del siglo XXI entiende el cambio social como un proceso de corresponsabilidad política  y no de simple delegación y se propone la participación en las tomas de decisiones desde la constitución de un poder horizontalizado, se entiende el paso de la democracia representativa a la democracia participativa, se entiende que la generación de eficientes mecanismos de control social y político conlleva a la transparencia necesaria para lograr una justicia social y de derecho, el ciudadano de esta década entiende que no habrá un cambio social verdadero sino se construye el escenario en el cual exista una verdadera inclusión social sin exclusión, donde el acceso a las riquezas que genera la nación  responda fundamentalmente a criterios de equidad social, donde la acumulación de capital no sea el fin social, donde el desarrollo de las potencialidades del hombre sea respetado y desarrollado, donde la libertad del pensamiento y la expresión se conviertan en pilares fundamentales, donde el consenso basado en la razón dialógica se transforme en  la norma de comunicación de los hombres, donde la pobreza material y espiritual pasen a la historia como momentos desgraciados del subdesarrollo humano. Esta revolución ciudadana es en sí misma una revolución de la conciencia. Se asume los Principios Fundamentales de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, titulo I,  como parte integrantes fundacionales de esta revolución ciudadana y se analizan las experiencias de las distintas revoluciones ciudadanas que comienzan a nacer en distintas partes del mundo, sobre todo en Europa.”

 

La resolución política para definir cuál de las dos visiones de modelo de sociedad, dentro de los sectores adversos a Chávez, representaría a los ciudadanos comprometidos con la democracia, se resolvió a través de una consulta popular abierta a todos los venezolanos en la cual participaron más de tres millones de personas y escogiendo, de esta manera, al candidato presidencial del sector democrático que enfrentaría al Estado totalitario con todo su poder económico, representado por Hugo Chávez, dando asombrosamente, una lección histórica al mundo entero. Es así, como no solamente se escogió a un candidato, sino también, a un a propuesta de modelo de sociedad basado en el progresismo y en una verdadera revolución ciudadana.

 

A pocas horas de las elecciones presidenciales, podemos afirmar que en Venezuela se vive en estos momentos un proceso de rebelión ciudadana donde el Estado totalitario con todo su descomunal poder no ha podido convencer a la mayoría de venezolanos de su permanencia en el gobierno, a tal punto que el presidente candidato ha tenido que amenazar a sus ciudadanos con una guerra civil si él no gana estas elecciones, cosa nunca vista en la historia de país democrático alguno.

Todo indica (a cuatro días de las elecciones), que la propuesta progresista de Henrique Capriles, como candidato de los sectores democráticos y anti totalitarios ha ganado fuerza y espacio entre las masas venezolanas que ya parece irreversible la tendencia ganadora de este joven venezolano quien con mucho coraje, gallardía y nobleza se atrevió a enfrentar a ese monstruo de mil cabezas que representa el socialfascismo chavista y su estado totalitario.

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